Con sus profundas divisiones 茅tnicas, geogr谩ficas y socioecon贸micas, Bolivia necesita, como pocos pa铆ses latinoamericanos, un liderazgo unificador que minimice las diferencias que la han partido en dos sociedades adversas y polarizadas. Desafortunadamente, no parece que vaya a encontrarlo en el corto ni el mediano plazo.
Hace poco m谩s de un a帽o, Evo Morales logr贸 ser reelegido con el 64% de los votos. Si bien sus m茅todos para hacer viable esa reelecci贸n fueron cuestionables, era innegable que ten铆a amplio respaldo. Eso ha cambiado radicalmente. En enero, una encuesta de IPSOS mostr贸 un porcentaje de aprobaci贸n de solo 36% y una medici贸n reciente mostr贸 que si se postulara hoy a su cargo solo obtendr铆a 22% de los votos. 驴Qu茅 ha sucedido?
Medidas arbitrarias. Siguiendo pol铆ticas de expropiaci贸n arbitraria 聳por ejemplo, ha celebrado hasta ahora cada 1.掳 de mayo estatizando alguna empresa聳 controles de precios y dem谩s medidas antiempresariales, el presidente boliviano no solo ha emulado a su mentor, Hugo Ch谩vez, en las pol铆ticas seguidas, sino tambi茅n en los resultados: ahuyentar a los inversionistas, tanto locales como extranjeros, con sus consiguientes efectos negativos. No en vano, el informe Haciendo negocios (Doing Business) de la Corporaci贸n Financiera Internacional, el brazo de inversi贸n privada del Banco Mundial, ubic贸 este a帽o a Bolivia en el lugar 149 de entre 183 pa铆ses, por detr谩s incluso de Sierra Leona y Siria, con todo y su feroz dictadura.
Morales ha tenido la fortuna de que los precios de los minerales se han disparado y de contar con las segundas reservas de gas natural mayores de Suram茅rica, pero ni siquiera esta pujanza ha bastado para plasmar una gobernabilidad m谩s di谩fana y consecuente. En cuanto al gas, por ejemplo, la falta de inversiones significativas en el 煤ltimo lustro ha hecho disminuir las reservas, de acuerdo con lo dicho al Financial Times por el presidente de la C谩mara Boliviana de Hidrocarburos.
Esto nos explica por qu茅 el Gobierno intent贸 abolir los subsidios a la gasolina y el di茅sel en diciembre pasado, con lo cual elev贸 ocho veces los precios. Por mucho menos Morales habr铆a paralizado el pa铆s en sus tiempos de sindicalista, pero esta vez prob贸 una cucharada de su propia medicina. Enormes protestas callejeras surgieron de inmediato y lo forzaron a echar marcha atr谩s. Y hace poco emergieron nuevas protestas en su contra, organizadas por el principal sindicato, la Central Obrera Boliviana (COB), en procura de un aumento salarial mayor al ofrecido por el Gobierno, pues se anticipa un fuerte aumento en la inflaci贸n. Morales perdi贸 de nuevo la partida ante los violentos enfrentamientos entre la polic铆a y los huelguistas.
Clima conflictivo. Hoy Bolivia est谩 sufriendo una elevada conflictividad social, muy parecida a la que Morales sol铆a atizar como dirigente sindical y cocalero. Esto parece reflejar que el Gobierno ha perdido la capacidad de manejo pol铆tico y el control de los movimientos sociales que sol铆a tener. Solo una p茅sima lectura pol铆tica, o la soberbia, pudo llevar a un l铆der surgido de la protesta y la lucha sindical, a pensar que pod铆a elevar en 800% el precio de la gasolina y el di茅sel, sin provocar una fuerte reacci贸n en contra.
Adem谩s, desde su reelecci贸n, Morales ha ido malogrando sus dulces lazos con las fuerzas sociales de mayor capacidad de movilizaci贸n. No solo ha roto sus alianzas con algunas, como el Movimiento Sin Tierra, sino que adem谩s una serie de decisiones le han enajenado su apoyo (caso de la COB). De toda forma, el resultado ha sido que el Gobierno boliviano ya no controla "la calle".
Remedo de democracia. Lo que s铆 controla son los mecanismos institucionales, lo cual le ha facilitado degradar el sistema democr谩tico hasta convertirlo en un remedo. Adem谩s de manejar una mayor铆a complaciente en el Congreso, dirige a su antojo el Poder Judicial. Esto ha producido una descarada "judicializaci贸n de la pol铆tica": para deshacerse de los gobernadores y alcaldes opositores, Evo suele recurrir a acusaciones penales espurias y al cobijo de una norma aprobada por su mayor铆a parlamentaria, la simple acusaci贸n causa la separaci贸n del funcionario aunque no haya sido enjuiciado ni condenado.
No sorprender谩 entonces que, 隆oh coincidencia!, las acusaciones de la Fiscal铆a suelen enderezarse mayormente contra los adversarios del Gobierno. Por esta v铆a han suspendido a dirigentes opositores como el prefecto (gobernador) de Tarija, Mario Coss铆o, y el alcalde de Potos铆, Ren茅 Joaquino. En otras palabras, Evo gana en la mesa (judicial) lo que pierde en la cancha (electoral).
Ahora, Evo quiere que se elijan por votaci贸n popular los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, el Tribunal Agroambiental, el Tribunal Constitucional y el Consejo de la Magistratura, en un abierto intento de eliminar cualquier vestigio de independencia judicial. Y para asegurarse el resultado de antemano, los ciudadanos solo podr谩n escoger entre ternas elaboradas por el Congreso que, como se dijo, est谩 bajo el dominio de las huestes de Morales. Sin duda, estas ser谩n unas elecciones a la cubana.
La corrupci贸n, entre tanto, campea por sus fueros. Nada menos que el antiguo encargado de la lucha antidrogas y asesor del Gobierno en la materia, general Ren茅 Sanabria, fue arrestado recientemente en Panam谩 por su alegada participaci贸n en el narcotr谩fico.
Asimismo, hace unos d铆as, el director del Instituto Nacional de Reforma Agraria, Juan Carlos Rojas, fue destituido por incurrir en "actuaciones ilegales". Curiosamente, Rojas hab铆a denunciado poco antes a dos senadores del partido oficialista por adue帽arse ilegalmente de tierras del Estado. Rojas fue cesado con la rapidez del rayo mientras acompa帽aba a Morales en una entrega de tierras, una muestra de c贸mo opera la resoluci贸n de conflictos en los dominios de Evo.
Atenazada por la corrupci贸n, presa del populismo, con un Gobierno impopular, una institucionalidad cada vez m谩s d茅bil y una oposici贸n desarticulada por las persecuciones pol铆ticas y sus propios yerros, Bolivia sigue sin avizorar una salida para beneficio del pueblo m谩s pobre de Suram茅rica y uno de los cinco m谩s pobres del continente.