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Commentary
La Naci贸n (Costa Rica)

Tango en Santa Marta

Aunque es tierra de la cumbia, del vallenato y de un sensual aire caribe帽o, Santa Marta presenci贸 la semana anterior un tango cuidadosamente interpretado por los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y Venezuela, Hugo Ch谩vez. Y a este le toc贸 seguir el ritmo marcado por Santos, como fue evidente para todos los observadores.

Todas las concesiones significativas las hizo Ch谩vez. Empez贸 por deshacerse en protestas de que no apoya a las guerrillas narcoterroristas de las FARC: 聯Lo ratifico (') el Gobierno venezolano ni apoya, ni permite, ni permitir谩, presencia de guerrilla, de terrorismo ni narcotr谩fico en territorio venezolano聰.

Sigui贸 el compromiso de pagar cerca de $800 millones adeudados a exportadores colombianos y de reabrir los lazos comerciales que hab铆a cortado. De postre, el trago amargo de desdecir incontables horas de verborragia acerca del convenio Colombia-EE. UU. sobre bases militares, declarando que es asunto soberano de su vecino.

Una retirada en toda la regla para el excomandante. A alguien ten铆a que culpar, y como era de esperar la emprendi贸 contra el expresidente 脕lvaro Uribe, incluso contrast谩ndolo con su predecesor, Andr茅s Pastrana. Lo que se guard贸 mucho de recordar es que 茅l ha atacado a Santos con m谩s ferocidad que a Uribe, en particular por dise帽ar el bombardeo que acab贸 con 聯Ra煤l Reyes聰 en Ecuador.

En todo caso, Uribe tuvo buena parte en alentar el retroceso chavista, al poner sobre la mesa pruebas incontrastables de la presencia de las FARC en Venezuela. Sorprendido por la jugada de 煤ltima hora, el teniente coronel no pudo desarmarla y qued贸 en evidencia. Hasta sus amigos de Unasur, como Argentina y especialmente Brasil, y el propio Fidel Castro, sab铆an que la torpe respuesta de romper relaciones diplom谩ticas y amenazar con una guerra no iba a contrarrestar jam谩s ese golpe.

Chavismo debilitado. Pero lo que m谩s torci贸 el brazo de Ch谩vez, orgulloso y temperamental como es, fue una cosa terca y dura llamada realidad. Desde hace un tiempo, concretamente desde los acontecimientos en Honduras, el chavismo perdi贸 impulso expansivo y la corriente le es hoy adversa, en todos los frentes. A esos problemas externos se les han sumado crecientes problemas internos.

Se estima que la econom铆a de Venezuela se reducir谩 un 3,4% este a帽o, lo que ya no es achacable a la crisis internacional. La industria petrolera tiene severos problemas estructurales.

Los racionamientos el茅ctricos fueron norma por meses. La inflaci贸n ya supera el 35% anual y golpea de modo particular a los m谩s pobres, que hist贸ricamente han apoyado a Ch谩vez. Para colmo, el esc谩ndalo 聯Pudreval聰 lleva meses y meses de evidenciar la incapacidad del r茅gimen para las tareas m谩s b谩sicas: miles de toneladas de comida importada por el Gobierno se han podrido en los muelles porque no fueron capaces ni de desalmacenarla.

Atacar a un supuesto enemigo externo para desviar la atenci贸n de los problemas internos, es el truco m谩s viejo de los aut贸cratas (recordemos el r铆o San Juan). Emprenderla contra Colombia ha sido usualmente un truco rentable en Venezuela, y viceversa. Pero esta vez fall贸 y fue contraproducente. La reacci贸n popular fue contraria a lo esperado: la sensaci贸n de que como si no bastasen los problemas que enfrentan los ciudadanos, a Ch谩vez se le ocurr铆a agravarlos buscando una guerra.

Habiendo fallado esa fumarola y con su popularidad en los niveles m谩s bajos de los 煤ltimos 11 a帽os, en un contexto de elecciones legislativas muy cercanas (previstas para el 26 de setiembre), Ch谩vez no ten铆a m谩s remedio que tragarse el orgullo y pagar el precio necesario para normalizar las relaciones con Colombia y simplificar sus problemas. 驴Cu谩nto tiempo durar谩 eso? La experiencia indica que solo mientras le resulte conveniente.

Es dif铆cil creer que el presidente Santos se haga ilusiones sobre esto 煤ltimo. 脡l ha sido tambi茅n un fuerte cr铆tico de Ch谩vez y su autoritarismo, pero tiene fama de pragm谩tico y ten铆a poco que perder y mucho por ganar en su acuerdo con Ch谩vez.

Para empezar, recuperar aunque sea una parte de la factura de $800 millones que los exportadores colombianos no pod铆an cobrar, es un logro que los empresarios deben estarle agradeciendo al nuevo presidente.

Eso se complementa con reabrir lazos comerciales que implican miles de millones de d贸lares anuales para sus productores y cerca de medio mill贸n de empleos.

Tercero, forz贸 a Ch谩vez a distanciarse, al menos en las formas, de las FARC y dejar la escena internacional preparada para, en el momento que se aparte mucho de esa promesa, imponerle un alto costo diplom谩tico.

Como dividendos adicionales, la oportunidad le sirvi贸 a Santos para empezar a forjarse su propio perfil y, de paso, diferenciarse de Uribe, el principal patrocinador de su elecci贸n. Asimismo, solvent贸 de momento un problema externo para concentrarse en sus prioridades internas. En ese tango cuidadosamente escenificado en Santa Marta, Santos fue el claro ganador y a Ch谩vez le conven铆a seguir el paso. Es tremendamente llamativo que a la madrina natural, la OEA, ni siquiera la invitaron al baile. Una prueba m谩s de su creciente e infortunada irrelevancia.